Abogamos por una regulación justa

La Confederación de Federaciones de Asociaciones Cannábicas (ConFAC) es una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, que interviene en el ámbito del cannabis abogando por la regulación justa y eficaz de la planta. Desde hace más de 20 años, defiende la iniciativa de los Clubes Sociales de Cannabis (CSC) como una alternativa de acceso al cannabis para millones de personas usuarias tanto en España como en muchas otras partes del mundo. Más información
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¿Nos perdonará María por convertirla en otro producto comercial como la Coca-Cola?

María Juana

No es necesario tirar de oráculo para pronosticar el futuro del Cannabis, observando procesos regulatorios avanzados de en otros países, la tendencia es obvia, las industrias que durante 50 años la han marginado y criminalizado, ahora reinvierten grandes sumas de dinero para fomentar una nueva industria que les permita aumentar sus dividendos gananciales, promulgando políticas que mejoren la venta de sus productos y desarrollando leyes especiales para obligar a los "outsiders" a ingresar en las agrupaciones monopolistas. Alejándose del estado ideal de un mercado horizontal y en igualdad de condiciones. En el mundo globalizado en el que vivimos y en un país en que las mayorías de las cuestiones se analizan y resuelven “mirando hacia fuera”, debemos tener presente que contrariamente a los equívocos postulados de algunos gobiernos neoliberales, los países de capitalismo avanzado reafirman la necesidad de implementar políticas activas distanciadas de la insuficiencia de los mecanismos del mercado para desenvolver la protección a las consumidoras y usuarias.

Tenemos en nuestras manos construir alternativas socialmente emancipadoras, demostrando de forma convincente que una organización democrática que fomenta la igualdad  económica y social es una forma viable de alternativa, el capitalismo tiene una tendencia a destruir las condiciones que lo hacen posible, por lo que debemos doblar esfuerzos para lograr mantener el cannabis cerca de las personas Usuarias, solo las personas usuarias  realizarán una regulación satisfactoria que aporte soluciones concretas e innovadoras a las problemáticas actuales de acceso y consumo. Esta alternativa presenta un enfoque fundamental, en la aplicación de programas de intervención para el consumo moderado y responsable, el aprendizaje de técnicas conductuales y de sugestión para sentir los mismos efectos reduciendo el consumo, y protocolos de intervención para aprovechar los efectos positivos y reducir al máximo los negativos. Ofreciendo servicios específicos e información de calidad a las personas para que puedan decidir de manera libre y responsable ejercen su consumo.

No nos ceguemos con las luces del “ilusionismo libertario”, cuyo objetivo no es nuestro bienestar, sino hacernos engranajes de un sistema que reduce a las personas al papel de meros consumidores sumisos. Es impensable hacer frente a los problemas económicos y sociales que nos afectan sin detener la complicada maquinaria y estructuras que los producen. Creernos que la comercialización del Cannabis beneficiara a las personas usuarias, es reincidir en los errores cometidos en el pasado y abrir la puerta a las macro corporaciones que lideran el mercado mundial.  Facilitando la creación empresas oligopólicas que ejercen presión para la creación de un nuevo mercado que provocarían efectos negativos para las personas consumidoras entre los que se cuentan: que los precios sean más altos, el control de producción, bajos niveles de calidad o impidiendo el ingreso de nuevos oferentes, implementando decisiones estratégicas, que se estructuran teniendo en cuenta las fortalezas y debilidades de la estructura de cada competidor. Entre dinámicas principales se encuentra la relación entre manipulación y liderazgo, estas son estrategias que no se nos hacen desconocidas, al contrario, somos capaces de reconocerlas en el actual sector Cannábico.

 

El relato

Quien construye discursivamente la imagen de ciertos sucesos, actividades o personas, lo realiza con una especial intencionalidad en determinado momento de determinación social. Esta intencionalidad presupuesta, se construye para hacernos creer que existe una versión única. El relato es como un calidoscopio, la narración varía cuando se cambia el testimonio, si se logra romper el silencio cómplice dominante, es posible distinguir las narraciones que los relatan. La narración mimética  que se configura sobre la perspectiva temporal única, y adaptándose en cada momento a las diferentes necesidades para mantener un equilibrio, y una cuidadosa puesta en escena. La narrativa testimonial, relatada con autonomía y en el contexto de aquello que le circunda, estructurada en componente arbitrariedad y subjetividad, interpretando la realidad con enfoque fijo. Ambas narrativas transcurren paralelas  ignorándose y sin reconocer el contenido histórico mutuo.  La historia del Cannabis en España deberá componerse de fragmentos de las diferentes narrativas que se entrelazándose durante la relato no se reconocerán entre ellas como parte de la historia, cosas del Calidoscopio.

Un mismo objetivo fragmentado, en ocasiones por egos  personales, transitan diferentes caminos por la dificultad de dar una respuesta adecuada a la diversidad. La variabilidad, ligada a diferencias en las capacidades, necesidades, intereses, ritmo de maduración, y condiciones socioculturales, deja que el movimiento social y las motivaciones de cambio se efectúen en virtud de las contradicciones internas inherentes a los objetivo. Haciendo que las trayectorias de menor a mayor importancia o trascendencia, realizadas con el esfuerzo de la población usuaria hayan sido estéril, para alcanzar el objetivo que nos unió y que aún observamos tan lejos como desde la creación de ARSEC. Por el camino han transcurrido personas con una gran vinculación personal y amplia experiencia, que desfallecieron emocionalmente por las disputas internas, el relato de esta historia debería tener  la versión de todas y cada de una de ellas, puesto que así tendríamos la mirada macro de la situación actual.

 

¿Dónde estamos?

Lejos del Objetivo, o en el kilómetro cero de nuevas propuestas. El Código Penal Español (art. 368) establece  “Los que ejecuten actos de cultivo, elaboración o tráfico, o de otro modo promuevan, favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o las posean con aquellos fines, serán castigados con las penas de prisión de tres a seis años y multa del tanto al triplo del valor de la droga objeto del delito si se tratare de sustancias o productos que causen grave daño a la salud, y de prisión de uno a tres años y multa del tanto al duplo en los demás casos. No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, los tribunales podrán imponer la pena inferior en grado a las señaladas en atención a la escasa entidad del hecho y a las circunstancias personales del culpable” y así continua desde el  24 de Noviembre de 1995, recogemos los cambios realizados en la polémica Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana 26 de marzo, 2015, en concreto el artículo 36.18 “son infracciones graves la ejecución de actos de plantación y cultivo ilícitos de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas en lugares visibles al público, cuando no sean constitutivos de infracción penal”. En esta nueva norma algunos entendieron que dicho artículo supone la legalización del cultivo de cannabis para consumo propio, siempre y cuando se realice de forma no visible al público, lo que supondría un notable avance en la seguridad jurídica de las personas cultivadoras; una interpretación nada real, ya que la tipificación administrativa del autocultivo de cannabis en lugar visible trae consigo una duplicidad de órdenes normativos de carácter sancionador con relación a los actos de cultivo, otorgando un amplísimo margen de discrecionalidad a la fuerzas policiales en la realización del expediente administrativo sancionador por delito contra la salud pública. La aplicación del orden sancionador vendrá determinada por la discrecionalidad policial y las concretas circunstancias concurrentes en cada intervención, con relación al cultivo desarrollado.

Con respecto a los CSC El Tribunal Supremo realiza un extenso repaso a la doctrina del consumo compartido, que considera atípica la conducta de quienes consumen sustancias estupefacientes en grupo, proporcionándole entre ellos los medios para el consumo, a modo similar que el autoconsumo personal, sin llegar a constituir un delito contra la salud pública.  Fiscal en las últimas sentencias a CSC, alega que ninguno caso se cumple con los requisitos; ya que, en primer lugar, el cultivo, elaboración y consumo exceden de los límites jurisprudenciales relativos al consumo compartido. En segundo lugar, no queda acreditado que los consumidores habituales, ni se trata de un pequeño grupo de personas consumidores que se agrupan para llevar a cabo un acto privado de consumo. En tercer lugar, el consumo no se desarrolla en lugar cerrado, ya que los socios pueden consumir el cànnabis inmediatamente o llevársela fuera del local. Por último, resalta que el ánimo de lucro no es un elemento del tipo, pero que se trata de una cuestión que sirve para diferenciar el autoconsumo de la acción de facilitar el consumo ajeno.

Las personas usuarias con la nueva ley de seguridad ciudadana, se enfrentan a elevadas sanciones relacionadas con la tenencia y el consumo de cannabis y ya no permite sustituirlas por programas de rehabilitación. La Sanción por consumo o tenencia de cannabis en lugares públicos, puede ascender a multas de 300 a 601 euros y puede ascender hasta 30.000 euros, ya que se trata de una infracción grave.

Con esta actualidad podríamos decir que más que el inicio o kilómetro cero, nos encontramos en el nivel -1 o en una regresión de las expectativas de una regulación del cannabis en España. Los avances se encuentran en el reconocimiento social y político a las peticiones y acciones  realizadas por diferentes sectores y minorías negativamente discriminadas, para que las instituciones reconozcan su particular identidad de grupo. Los procesos de esencialización, naturalización e identificación ya se ha puesto en marcha, muestra de ellos son las propuestas legislativas aprobadas por numerosas comunidades autónomas, alguna de ellas pioneras a nivel internacional, que insta al Gobierno central y al poder Legislativo la necesidad de abordar un debate en profundidad sobre la realidad del consumo de cannabis y sus usuarios. Propuesta legislativas en diferentes áreas no exentas del Calidoscopio cannábico, y de la fragmentación del movimiento cannábico de los últimos años.

 

El Calidoscopio Cannábico

En los espacios de autonomía las iniciativas realizadas tienen como objetivo mostrar que no es necesario esperar a que se pueda realizar la transformación de toda la sociedad para empezar a intentar pequeñas experiencias de transformación que sirvan para ir aprendiendo a llevar a cabo alternativas, que nos proporcionarán experiencias sobre la dificultad y ventajas que ellas representan. Desde el consenso se pueden aglutinar voluntades que irán estableciendo elementos concretos de actuación, estableciendo prioridades que avancen en el paradigma común. El tema se convierte, no tanto en la búsqueda de alternativas, sino en cómo trabajar, cómo avanzar de abajo arriba hacia una sociedad verdaderamente alternativa, no clasista, diversa y plural desde las sociedades profundamente capitalistas en las que nos encontramos ahora, partiendo de los planteamientos y actividades que se pueden iniciar. Un largo proceso formado por multitud de caminantes que transitan por rutas, a menudo diferentes, pero en la misma dirección. Ya formar parte del proceso supone avanzar hacia una sociedad alternativa, el destinos final dependerá de los múltiples actores y su correlación de fuerzas en el proceso de toma de decisiones.

La sociedad alternativa, hoy por hoy está avanzando en un proceso transformador ante la denominada guerra contra las drogas, con un eje vertebral Control, educación y prevención en el uso de drogas que beneficie a todo el conjunto de la sociedad. Para avanzar debemos considerar que cada grupo social que tiene voluntad de trabajar en una sociedad alternativa tiene también una idea, más o menos precisa, de cómo querría que fuera una sociedad alternativa, avanzando en su Utopía. Una utopía que surge ante la imposibilidad de hallar soluciones dentro de las normas existentes, del prohibicionismo y fuera de la lógica capitalista. Algunas de las actuaciones serán, en sí misma, contradictorias, porque vivimos en el capitalismo y cualquier cosa que se proponga hunde sus raíces en el mismo y, según la orientación que se le dé, será transformadora o integradora.

La Alternativa se encuentra en manos de la propia sociedad,  asumiendo ser corresponsable de la toma de decisiones en beneficio del bien colectivo, dejando aislado el beneficio de unos cuantos, procurando legitimar  su poder y reafirmando su representatividad, resulta desacertado considerar a la sociedad como "usuaria pasiva", porque es imposible obviar su determinante rol, en su gestación y desarrollo, ya que representa el núcleo de todo el avance. Las personas Usuarias son esenciales en el desarrollo de nuevas alternativas, realizando una elección coherente sus valores, y con el tipo de sociedad que quiere. Realizar un Consumo responsable va más allá de la elección de uno u otro producto, es tener la facultad de escoger opciones que favorezcan la igualdad social, y la economía social y solidaria. La adopción de unas u otras alternativas es expresión de distintos grados de compromiso personal y dependerá de la postura que individualmente se tenga de la actual sociedad de consumo y por ende, de las acciones que son necesarias para su transformación.

Los diferentes prisma nos dan una visión de la realidad, a veces distorsionada, de la evolución del sector, donde podemos observar  ferias con miles de asistentes, más de 900 grow shops, clínicas especializadas, productores de concentrados, bufetes de abogados especializados , empresas con facturaciones millonarias, manifestaciones, foros de debate, colectivos de personas usuarias, prensa especializada y un largo etc, tan amplio como lo que aún nos queda por descubrir, todo ellos brinda a las personas usuarias una visión de normalidad, muy alejada de la realidad existente, donde se producen más de 6.000 intervenciones de cultivos anuales, se impusieron más de 18.806 sanciones por tenencia en vía pública (datos 2015), y se impusieron sanciones de más de dos millones y medio de euros a miembros de una asociación cannàbica, datos que nos alejan de la Ítaca prometida. El sector económico se consolida año tras año pero sin una base jurídica que ofrezca seguridad a las personas que utilizan sus productos, en numerosas ocasiones la utilización conlleva un acto considerado ilegal.

 

Punto y seguido

Con el actual panorama se hace difícil predecir cómo, cuándo y dónde se realiza la regulación del Cannabis en España, lo que sí sabemos es que las personas usuarias tiene la llave para que el cambio de las políticas Prohibicionista prioricen la libertad del individuo sobre cualquier otro objetivo, el fin de la estigmatización de los consumidores de Cannabis y el cultivo para consumo personal. Es nuestra libertad para elegir el camino que queremos seguir, y nuestra responsabilidad sobre las consecuencias, costes o riesgos de dichas elecciones, por lo tanto, es hora de empezar a decidir y elegir por dónde vamos pisando, de qué manera y con qué calzado.

Regular con la mirada puesta en el impacto económico que vaticina el Cannabis, es un error, reclamamos derechos, y reclamamos al Estado, a través de las autoridades y los procesos correspondientes, ser responsable de efectuar una real protección de los derechos de las  personas consumidoras y usuarias, así como corregir las asimetrías, distorsiones en la información o malas prácticas que vulneren la situación de las personas consumidoras y usuarias frente a las personas proveedoras en los actos de contratación y compra o venta  de bienes y servicios. El Estado está obligado a aplicar la norma más favorable a las personas consumidoras y usuarias, en los casos que haya ambigüedad entre las normas o dudas de interpretación. Con el objetivo de la Regulación incluya instrumentos adecuados para la protección de los consumidores de modo integral, que describa todos sus derechos y precise los mecanismos para su protección efectiva.

P.D. Una vez escrito este artículo “Ahora Podemos” realizó el 8 de Octubre en la sala Ernest Lluch del congreso de los diputados, un evento en el que el partido mostro su apoyo a nuestras propuestas e ideas en relación al autocultivo personal y colectivo, de donde son las fotografías que acompañan este artículo. Nuestras relaciones con este partido político se normalizan y vuelven al lugar de donde no debieron salir por injerencias interesadas en anular nuestra voz, relaciones como ya tenemos con gran parte de los partidos políticos que conforman el arco parlamentario, gracias a nuestro trabajo y trayectoria.

Artículo publicado por  El Cultivador 

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